Había dos niños que patinaban sobre una laguna congelada. Era una tarde nublada y fría, pero los niños jugaban sin preocupación, cuando de pronto, el hielo se rompió bajo sus pies y uno de ellos cayó al agua.
El otro niño viendo que su amigo se ahogaba debajo del hielo, tomó una piedra y empezó a golpearlo con todas sus fuerzas hasta que logró quebrarlos así lo salvó.
Cuando los rescatistas llegaron y vieron lo que había sucedido, se preguntaron:
¿Cómo lo hizo? El hielo está muy grueso y es imposible que lo haya podido quebrar solo con esa piedra y esas manos tan pequeñas!
En ese instante un anciano que escuchaba se acercó y dijo:
Yo sé por qué pudo.
¿Por qué…? Le preguntaron al anciano y este contestó:
Porque no había nadie a su alrededor que le dijera que no iba a poder.
¿Cuántas veces nos decimos que no podemos?, ¿Cuántas veces escuchamos y validamos cuando los demás nos dicen que no podemos hacer algo?
Sabes que necesitas, sabes que debes hacer: ROMPER EL HIELO.
Ten mucho cuidado con lo que escuchas, la gente sabia escoge lo que es bueno para sus vidas, lo demás déjalo pasar.
Fabula extraída del libro, la culpa es de la vaca.
De los compiladores: Jaime Lopera y María Inés Bernal Trujillo.